Casi al extremo de no comprender
te vi pasar, te vi llegar
imaginación absurda, creíste en mí
y te fallé.
Yo no era así, creía en las palabras
quizás el fluir del tiempo me ha cambiado
o la realidad modificó mi ser.
Me exijo entonces para renacer
y volver a ser el tipo aquel
y poder decir que el triunfo en la vida
es eso: la vida.
Y si es así, podría estar más tranquilo
imaginar que puedo entrar en tu alma
y la realidad me ayudará a soñar.
Autor: Juan Eduardo Acosta